La primera póliza de la que se tiene constancia es del año 1.347. Una vez más debemos dar las gracias a los seguros marítimos. El primer contrato escrito de seguro se redactó y firmó en Génova, y aseguraba contra posibles accidentes, naufragios o asaltos piratas a un navío mercante bautizado con el nombre de Santa Bárbara, que iba de Génova a Mallorca. No se trata de un viaje tan largo, ¿verdad? Además, una cobertura de la póliza también cubría en caso de que las mercancías llegaran tarde al puerto.