Tal vez conozcas algún caso de personas a las que se las ha negado una indemnización o han perdido un litigio a cuenta del nexo causal.
El nexo causal es la relación entre la acción que determina un daño o la omisión de la acción y el daño propiamente dicho. En otras palabras, el nexo causal es una relación causa-efecto que permite establecer los hechos susceptibles de ser considerados determinantes del daño y cuál de ello es el que ocasionó el perjuicio tangible. Esta relación de causalidad es imprescindible para reclamar los daños causados al autor o responsable.
Si sufres un accidente en la calle por el mal estado del pavimento o tienes un accidente con el coche tienes que acudir inmediatamente al médico o solicitar asistencia sanitaria. Si, por ejemplo, te caes en la calle y te fracturas el brazo el nexo causal es, la relación entre la caída y la fractura y, por lo tanto, se genera una responsabilidad civil que puedes reclamar. Lo mismo ocurre si estás parado en un semáforo y, al darte un coche por detrás, sufres un lesión cervical. En este caso, el nexo causal es la relación entre la colisión y la lesión cervical. Pero si esperas a acudir al médico, se puede alegar que otra ha sido la causa del problema y perder así el nexo causal que justifica tu reclamación.
Pero, ¿qué pasa si en la valoración médica inicial no ven nada y unos días más tarde surge una complicación? En este caso en el que se ha roto el nexo causal podrías reclamar por negligencia. De ahí la importancia de guardar todos los documentos y contar con la mayor cantidad de papeles posibles que verifiquen tanto el accidente como la asistencia sanitaria y, por supuesto, de insistir en que te hagan todas las pruebas diagnósticas que sean necesarias.
Circunstancias exonerantes
Aun habiendo nexo causal, hay dos circunstancias que exoneran de responsablidad civil al causante del daño, que son la fuerza mayor y el caso fortuito. Estos dos principios han dado mucho juego en material legal, prinero, en lo que se refiere a la definición de los términos y, segundo, porque si se consiguen demostrar o se crea un duda razonable, tanto la jurisprudencia como la doctrina legal coinciden en admitir la falta de responsabilidad civil del causante del daño si se trata de un caso fortuito o de fuerza mayor aunque haya un nexo causal.
Vamos, que como no te andes con ojo, hay muchos casos en los que eso de “el que hizo la ley hizo la trampa” se puede cumplir fácilmente.
Casos de ruptura del nexo causal de las que es responsable el afectado
Pueden ser muchas las causas de ruptura del nexo causal y que, por lo tanto, pueden provocar que el afectado pierda derecho a indemnización.
Una de ellas ya la hemos mencionado, que es no solicitar inmediatamente asistencia médica y, si es posible, en el lugar del accidente. Pero hay otras muchas circunstancias.
Por ejemplo, la interrupción de un tratamiento prescrito por el facultativo también puede dar lugar a la ruptura del nexo causal. Si el afectado debe acudir a una serie de revisiones, tomar determinados medicamentos o asistir a determinadas terapias u otras circunstancias y no lo hace, se puede entender que cualquier complicación o no mejora es por su responsabilidad, por lo que se perdería el nexo causal y todo lo que ello implique.
También se puede romper el nexo causal si se demuestra una negligencia por parte del afectado, como, por ejemplo, que transitaba por un lugar prohibido o de manera inadecuada.